jueves, 14 de abril de 2011

La escuela…. espacio de oportunidad posible?


La escuela como “oportunidad” constituye un concepto que ofrece más de un sentido: En primer lugar es espacio de transmisión del capital cultural existente al tiempo que ofrece la posibilidad de transformarlo, enriquecerlo y ponerlo en cuestión. En segundo lugar es espacio de intercambio, en el que la dinámica de las relaciones interpersonales hace que cada niño comience a “diseñar” su lugar y a representarse igual y distinto a otro. En este sentido la escuela promueve la enunciación de un proyecto de futuro. En tercer lugar la escuela constituye un nuevo “lugar” donde los sujetos despliegan, confrontan y también modifican aspectos de la individualidad en virtud de nuevos y diferentes intercambios vinculares que se producen con pares y adultos que no pertenecen al seno familiar y que por ende aportan otras miradas del mundo, de los otros, y del sí mismo. En los últimos años, y por múltiples causas, nos encontramos con niños que manifiestan dificultades en la construcción de sus aprendizajes y con espacios escolares que, o bien carecen de las condiciones necesarias y adecuadas para acompañarlos, o bien no los reciben ; éstos niños quedan así expulsados del sistema escolar y posicionados por el mismo sistema como portadores de una discapacidad ( “ no puede aprender”) . Cargan con el estigma , en el mejor de los casos, de un diagnóstico cuyos síntomas se medican y/o ( también en el mejor de los casos) se abordan a través de terapias psicológicas ; pero que de ningún modo evitan el fracaso escolar que éstos niños y sus familias transitan en el devenir de buscar y no encontrar espacios y profesionales del área de la educación que los acompañen. Entonces, si pensamos, por un lado, la escuela como espacio de oportunidades y sabemos, por otro de la cantidad de niños que no acceden a dichas oportunidades, surge la pregunta acerca del fracaso escolar, no sólo como una cuestión individual de estos niños sino también como fracaso del dispositivo escolar que carece de recursos para recibirlos. Es un imperativo de los profesionales que educamos a diario ir encontrando juntos respuestas y recursos posibles para que la escuela pueda ser por fin, una real oportunidad para todos y todas.


Lic. Silvina Aidenbaum

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